viernes, 4 de diciembre de 2015

Democracia a medias y costosa

El IFE de José Woldenberg gozó de prestigio incuestionable por su impecable conducción de  los trabajos, como  el caso del  Registro Federal de Electores (credencialización), pero sobre todo por contar con un consejo general que solamente obedecía a cumplir los principios rectores que deben de regir los procesos electorales.

Hoy el Instituto Nacional Electoral funciona bajo un consejo general en el que sus integrantes son cuotas de los partidos políticos, y estos a su vez designan a los integrantes de los organismos públicos locales electorales(institutos electorales locales) en base a la composición política local, pero, sobre todo   a la presión de los gobernadores en turno.  

Por si esto fuera poco, el INE demostró en el pasado proceso electoral su debilidad al no sancionar a los actores políticos que una y otra vez se pasaron por el arco del triunfo la normatividad electoral, su tibieza en la toma de decisiones evidenció su parcialidad y sujeción a los intereses de algunos actores y  partidos políticos. 

Mientras los partidos políticos sigan promoviendo el esquema de  cuotas en la designación de los integrantes del INE y de los tribunales electorales, seguirá existiendo la parcialidad y los acuerdos políticos en la toma de decisiones de estos, siendo inútil invertir  altas cantidades de dinero para su mejor desempeño, pues hoy por hoy nuestro sistema electoral es de los más caros en el mundo y su calidad es cuestionada.

México es un país en el que se ha priorizado el presupuesto  en el sistema electoral y de partidos políticos, teniendo tantas carencias en educación y el combate a la pobreza. Tan sólo en el 2015 el costo de los partidos políticos en sus gastos ordinarios y de la elección federal, nos representaron un cargo a la ciudadanía de  5356 millones de pesos, eso sin contar los recursos con los que contaron los partidos políticos en cada uno de los estados por el concepto de financiamiento público local.

En el caso de Jalisco,  del 2010 al 2014   los partidos políticos recibieron recursos por encima de los 1092 millones de pesos, manejados  en algunos casos bajo total opacidad, sin rendición de cuentas.

El actual sistema de partidos políticos está agotado, lo ideal sería la reducción de los recursos destinados a estos institutos de cuando menos a la mitad del presupuesto que reciben, pero esto sólo debería de ser el principio de una gran reforma en la que los partidos políticos dejen de recibir paulatinamente recursos públicos, y manejen sus finanzas en base a las cuotas y aportaciones de sus militantes a partir del 2018, 

Resulta increíble que en Estados tan grandes en población como Jalisco, las universidades públicas no cuenten con estudios de especialización en derecho electoral,  este podría ser un buen destino de los recursos que dejaran de percibir los partidos políticos, inclusive desde la educación media superior se debería de enseñar la introducción a los sistemas electorales y los principios democráticos y con ello fortalecer nuestra cultura.

La próxima reforma electoral también deberá de incluir la desaparición de los organismos públicos electorales locales, ya que la mayoría de estos resultan muy caros y están cooptados por los gobernadores en turno, de tal forma que hoy existen dobles estructuras electorales, que resultan caras y malas.

Estos recortes presupuestarios podrían ser destinados a las universidades del país, para obtener mejores resultados en área de la investigación, hay que recordarles a nuestros políticos que invertir en educación, es apostar  por el desarrollo del país.